La difusión de información en la era digital puede ser un desafío, especialmente cuando el contenido, a pesar de ser relevante, se presenta de manera monótona y extensa. A menudo, se puede malinterpretar que el problema radica en el tema en sí, pero en realidad, el desafío radica en cómo se presenta esa información.
Aquí es donde las infografías emergen como herramientas poderosas, transformando información compleja en visualizaciones comprensibles y atractivas. Las infografías son representaciones gráficas que combinan elementos textuales con componentes visuales, ofreciendo al espectador una digestión simplificada y atractiva del contenido. El arte de una infografía efectiva radica en su capacidad para presentar datos de manera clara, mientras se mantiene visualmente cautivadora.
Con la evolución del Marketing Digital y el auge de las comunicaciones en línea, el diseño de infografías ha experimentado un renacimiento creativo, abrazando una amplia paleta de colores y estilos. Aunque la creatividad juega un papel crucial, el éxito de una infografía también depende de una planificación meticulosa y una colaboración efectiva entre profesionales especializados en cada fase del proyecto.
Estas fases se pueden categorizar en:
Planificación: Es fundamental prever las acciones, por lo tanto, antes de comenzar con un diseño es necesario preguntarse: ¿Qué temas están en tendencia? ¿Qué es lo que las personas buscan? ¿Alguna pauta se ha viralizado? De esa forma será posible producir contenidos que se adapten tanto a la oferta de la empresa o marca, como también a lo que quieren los usuarios.
Producción textual: La información resulta ser la parte fundamental del contenido y debe contar con un guión, las imágenes y el diseño también interesan pero serán en vano si lo que se dice no aporta nada. La clave está en reunir los datos que serán presentados en el contenido, ahorrando en los detalles y palabras que sean innecesarios.
Diagramación: En tanto a la producción es necesario contar con especialistas que compongan el arte gráfico. Un diseñador o un diagramador con experiencia en estas producciones será esencial para conseguir el objetivo.
¿Por qué incluir una infografía en una estrategia de comunicación?
Las infografías son un tipo de contenido atractivo, intuitivo y donde la información es absorbida con mayor facilidad, esto debido a que ofrecen más de un punto de contacto con la información, se insertan en la memoria, son auto explicativas y poseen un increíble potencial de generar engagement.
Un estudio realizado por Ethos3, denominado “We Live in a Visual World” o vivimos en un mundo visual, por su traducción al español, apuntó que se trata de una herramienta extremadamente eficaz. A continuación, revisaremos los motivos más importantes de acuerdo con esta investigación para incluir este contenido en una estrategia de comunicación:
El 90% de la información enviada al cerebro, es visual.
El cerebro procesa los recursos visuales 6 mil veces más rápido que los de cualquier otro tipo.
Las personas retienen en promedio un 80% de lo que ven, en comparación con un 20% de lo que leen y un 10% de lo que escuchan.
Esta herramienta puede aumentar el tráfico de un sitio o plataforma hasta en un 12% en promedio.
Los contenidos visuales resultan 40 veces más susceptibles a ser compartidos en las redes sociales que cualquier otro tipo.
¿Cuáles son los tipos de infografías?
En el paisaje digital actual, la proliferación de medios ha llevado a la evolución de las infografías, diversificando sus estilos y técnicas para potenciar la entrega de información de manera más efectiva y atractiva.
Primero, tenemos las infografías estáticas, ampliamente difundidas y reconocidas por su simplicidad. A pesar de que pueden parecer sencillas a primera vista, su creación es una tarea meticulosa. La ausencia de movimiento significa que la organización, claridad y diseño gráfico son esenciales para transmitir información de manera coherente y convincente. Estas infografías, al ser inmóviles, suelen depender en gran medida de un diseño textual sólido complementado con elementos gráficos.
En segundo lugar, las infografías animadas introducen el dinamismo al panorama. Mediante el uso de animaciones, es posible dirigir la atención del espectador y presentar la información de manera secuencial o destacada. Estas infografías, al ser más técnicamente desafiantes, requieren la habilidad de animadores y, en algunos casos, expertos en modelado 3D. A pesar de un costo de producción potencialmente más elevado, ofrecen un nivel de compromiso y retención superior debido a su naturaleza atractiva.
Finalmente, las infografías interactivas son el epítome de la participación del usuario en la era digital. Estas no solo presentan información de manera visualmente estimulante, sino que también permiten al usuario navegar, explorar y, en ocasiones, personalizar la información que se presenta.
La creación de estas infografías va más allá de la animación, incorporando habilidades de programación para garantizar una experiencia de usuario fluida e intuitiva. Esta categoría permite a los usuarios sumergirse y controlar cómo consumen la información, proporcionando una experiencia educativa personalizada.
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